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Guía práctica para elegir una mochila

Airelibredigital.com » Técnicas y Productos
Autor: Marcelo C. Tedesco, Abril 2011

Esta es la primera de dos notas dedicadas a la elección de la mochila. ¿Por qué? Es la compañera inseparable de todo acampante, y por eso muchos forjamos con ella una relación que más que amistad, es casi un romance. Pero por tratarse de un artículo costoso y sofisticado, su elección no puede quedar librada al precio o impacto visual. Hay otras cosas a tener en cuenta, y acá te contamos cuáles.

 

Guía práctica para elegir una mochila

Desde tiempos inmemoriales, un morral en la espalda ha sido sinónimo de viajero. No es casual que a muchos acampantes, sobre todo jóvenes, se los denomine genéricamente “mochileros”. Habitualmente, la mochila es el primer artículo de camping que se compra, y por llevarla muchas horas, días y años casi pegada a nosotros, se trasforma con el tiempo en una extensión de nuestro cuerpo. Por eso, todos los acampantes y excursionistas desarrollamos una suerte de “romance” con ella.

 

Como siempre decimos en los artículos de esta sección, todo el equipo que nos acompañe en nuestras excursiones debe ser de buena calidad, ya que estará sometido a un trato riguroso: golpes, raspaduras, cargas excesivas, etc. La mejor forma de decidirse sobre el equipo es considerando el uso que le vamos a dar, las especificaciones técnicas y sobre todo el consejo de viejos acampantes. Los productos económicos no son los más recomendables, ya que en cualquier momento nos “dejan a pata”. Siempre es preferible optar entre marcas confiables y reconocidas. Personalmente, tengo una mochila de primera marca desde hace más de quince años. Con ella al hombro escalé varias veces en los Andes, recorrí varios países de América y Europa, hice cientos de acampadas. Nunca tuve que hacerle un arreglo, y está en muy buenas condiciones. 

Antes de comprar una mochila, se debe pensar bien sobre tres aspectos: para qué la vamos a usar,  cómo la transportaremos en la mayoría de los casos, y cómo es nuestra estructura corporal y fortaleza física. 

 

Para qué la vamos a usar

Antes de comprar por comprar, tenemos que tener en cuenta si necesitamos una mochila solamente para reemplazar un bolso de viaje, o para que cumpla su función: permitir desplazarnos con los brazos libres y cierta comodidad. También, si la usaremos para viajes y salidas cortas o para expediciones de muchos días, en las que además de ropa cargaremos equipo y comida, que son lo más pesado de nuestro equipaje.

La capacidad de una mochila se mide en litros, de acuerdo a su volumen. Saber qué tipo de mochila es la apropiada se puede facilitar con una guía simple:

  • Salidas cortas sin necesidad de equipo: mochilas entre 40 y 55 lts.
  • Excursiones de entre dos y seis días, con equipo moderado: mochilas entre 55 y 75 lts. 
  • Excursiones prolongadas, de más de cinco o seis días: mochilas de más de 75 lts.

Actualmente se consiguen mochilas con diseños muy ergonómicos y sumamente sofisticados, con accesorios de todo tipo. Aún así, conozco varios escaladores con mucha experiencia que prefieren sus mochilas lo más simples posibles, ya que siguen la máxima: “cuantos menos accesorios tengas, menos posibilidad tendrás de que se rompan”. En un hostel, una mochila se repara fácilmente, pero no tanto en una carpa a 4500 metros de altura, o en medio de un glaciar.

 

Cómo la transportaremos

Guía práctica para elegir una mochila

Que sea un bolso con posibilidades de llevarse en la espalda no quiere decir que siempre las mochilas vayan al hombro de su dueño. En muchas de mis acampadas como scout, prácticamente no la cargo más que para una salida corta, y el resto del tiempo queda en mi carpa o refugio, y viaja en un colectivo o camión. Por el contrario, cuando salgo de escalada la llevo puesta por horas, y con mucho más peso ya que llevo la comida y el equipo.

Si compro una mochila porque es más cómoda y reemplaza perfectamente a un bolso o valija, pero la llevaré mayormente en colectivo o en auto, puede ser una menos sofisticada: con menos bolsillos, menos correas, y sistemas de ajuste y enganches más simples. Por otro lado, si viajará muchas horas encima nuestro, si caminaremos o escalaremos con ella, deberá ajustarse perfectamente a nuestra espalda, y para eso es necesario que sea más compleja. También, que permita abrochar bastones de trekking o tener a mano para elementos como una botella de agua, anteojos de sol, un GPS o un mapa, una radio, papel higiénico, algo de comida, etc.

 

Nuestra estructura corporal y fuerza física

No es conveniente que personas de talla pequeña carguen grandes mochilas, no tanto por el peso sino por la forma en que esta descargará sobre su cuerpo, provocándole seguramente molestias, dolores y quizás hasta alguna lesión. Es fundamental regular la mochila al tamaño y estructura del cuerpo para evitar este tipo de percances. Las mochilas más grandes tienen límites en sus correajes, y seguramente por más que se ajusten quedarán “largas” para una persona de baja estatura. Lo mismo ocurre con las más pequeñas: al ser cortas, la riñonera no apoya sobre la cadera de las personas altas y todo el peso cae en los hombros.

Una mochila bien armada generalmente permanece parada en el suelo, lo que indica que el peso está bien distribuido. Una vez armada, hay que regular todas las correas de acuerdo a la estructura del cuerpo. El peso debe ser parejo en ambos hombros y cargar mayormente sobre la cintura, y las correas no deben apretar excesivamente. Antes de cada salida, es conveniente revisar el estado de los broches y costuras para prevenir roturas, ya que una costosa mochila rota tiene la misma utilidad que una bolsa de arpillera. Una mochila con grandes bolsillos a los costados permite el acceso rápido a muchos elementos, pero a veces puede provocar que el cuerpo se desequilibre, o que cueste mucho emparejar el peso en ambos hombros.

 

Guía práctica para elegir una mochila

En los ascensos, los objetos más pesados deben ir en la parte superior de la mochila y esta debe llevarse más “alta” en la espalda. En los descensos a la inversa. Los objetos de uso primario (cortaplumas, brújulas o GPS, botiquín, papel higiénico, mapas, etc.) siempre deben estar al alcance de la mano, en los bolsillos o la tapa. Actualmente todas las telas de las mochilas son sintéticas, y por ello son casi impermeables. Y digo CASI porque el problema no es la lona sino las costuras. Por eso, todos los elementos deben ir adentro de la mochila (una broma habitual entre los scouts es que la diferencia entre un scout y un mochilero es que el scout lleva las cosas dentro de la mochila…!). Siempre conviene que vayan protegidos dentro de bolsas de nylon, especialmente la bolsa de dormir. Tampoco son del todo impermeables los cubre mochilas, pero siempre es conveniente usarlos ya que las protegen del polvo, la suciedad y las raspaduras.

En la próxima edición, analizamos telas, modelos y confecciones para brindarte una guía más detallada a la hora de abrir la billetera.

 

*La última foto pertenece a Leo Aragües

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que bueno, que salgan estas notas, tengo 2 hijas adolescentes que van a scout, y necesito renovarles las mochilas, una tiene 17 años , la otra 13, espero que puedan recomendarme alguna, y lugares de venta en rosario, gracias saluda atte mónca Gonnella

Comentario bajo el anterior sistema de monica | 21-08-2013

hola creo que esta guia es super importante, creo que existe una regla para el tamaño y el peso de la mochila de acuerdo al peso y la estatura del mochilero quisiera que digas cual porfa. gracias

Comentario bajo el anterior sistema de | 04-02-2013

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