Edición: Marzo 2011

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Pescando en carpa en el Río Dulce

Si yo te digo pescar con base en un campamento, seguramente pensarás en la dificultad de descansar bien a la noche luego del esfuerzo deportivo, o en el calor o el frío que implique la falta de una habitación de paredes de ladrillo. Si encima te digo que el campamento está a orillas del río Dulce en Santiago del Estero, le agregarás algunas dudas más: ¿y las arañas y serpientes? ¿Y el agua potable y la comida? ¿Y la seguridad?.

 

Bueno, frente a tantas vacilaciones quiero hacer justicia y destacar la gran calidad del servicio de pesca en campamento de los amigos Javier y Kike Olschinsky, y Carlitos Vella, que, desde la ciudad de Frías, operan una logística destacable en función de la comodidad de los aficionados. Con Mario Campanella de Puerto Pesca TV, estuvimos una noche y un día, y les compartimos las realidades y sensaciones de esta nueva experiencia.

 

Pesca y mucho más

Cometimos el error de llegar a Loreto, Santiago del Estero, de noche. No debimos haber circulado desde el sur por una Ruta Nacional 9 plagada de animales sueltos. Luego de manejar más de mil kilómetros buscábamos un descanso reparador y temíamos a un campamento desconocido. Pero los muchachos nos guiaron con su camioneta hasta un viejo almacén de la ruta que va a Brea Pozo, poco antes de cruzar el río Dulce, donde dejamos el auto y seguimos con su vehículo, internándonos en la cerrada noche por el monte achaparrado. Así llegamos a un asombroso campamento, donde todo estaba organizado y bien preparado. Las carpas tipo iglú para dos personas son suficientemente grandes y limpias, con ventanas que le proporcionan el necesario aire refrescante y colchones inflables para reposar profundamente. En el centro, un gacebo grande deja lugar a una mesa rodeada por sillas donde cenamos: toda comida regional, casera, una verdadera delicia, como el cordero al asador y las ensaladas. 

 

Muy temprano, un cantar único nos despertó: las aves que se movían de copa en copa celebrando el alba. El desayuno estuvo a tono con la cena y nos calzamos los waders para subir a un catarraft, especie de pontón liviano que nos permitió llegar a los mejores lugares de pesca.

 

El río Dulce se forma con las aguas que bajan de los montes tucumanos luego de que el ser humano las embalsara en Río Hondo. Discurre hacia el sudeste y desemboca en la salada y enorme laguna de Mar Chiquita. Tiene muchos dorados y esta es una rareza, ya que se trata de la única cuenca fuera de la del Plata en donde habita "el tigre de los ríos". Las modalidades que se usan para pescarlo en esta zona son mosca, baitcast o spinning lanzando contra puntas y árboles semisumergidos en donde la correntada levanta el porcentaje de oxígeno del agua, hecho químico que convoca a este gran cazador. Necesita el oxígeno para su metabolismo y, además, aprovecha que la velocidad del líquido elemento les juega en contra a los pequeños peces. Estos quedan más a merced de las mandíbulas potentes y llenas de pequeños y fuertes dientes de nuestro objeto.

La técnica, entonces, es, sea vadeando o desde el catarraft, lanzar insistentemente en estos lugares “calientes”. Así conseguimos clavar ejemplares de uno a tres kilos tanto con mosca como con una cuchara ondulane Novy nacional con anzuelo con protector para evitar que se enganche entre los palos donde pican estos bravos peleadores. Claro que esto hace muy interesante la pesca: importa y mucho la precisión del tiro, el engaño elegido y la velocidad posterior para retirarlo del lugar enmarañado.

 

Al mediodía paramos para soportar las horas de fuerte calor en el bien pertrechado campamento. No faltaba nada: bebida, hielo, buena comida pero liviana, postre. ¡Cuántos nos costó salir al ruedo a eso de las 16 horas! Pero quisimos seguir testeando los pesqueros y, aunque el mal tiempo de los días anteriores ensució el agua y cortó el pique por un brusco descenso de temperatura con viento del sur, el lugar nos pareció encantador y, cuando las condiciones del río y el clima se dan la mano es un sitio muy lindo para visitar, especialmente para conocer un nuevo hábitat de tan fiel pez compañero de pesca. Por supuesto se practica la pesca con devolución, aunque si alguien quiere comer un pez puede intentar con la variada con carnada natural, consistente en buenas bogas y amarillos, principalmente. Aguas abajo, por la zona de Puente de los Oscar, hay lagunas que se ponen lindas para pescar tarariras, materia que quedó pendiente para alguna otra visita.

 

¿Qué permite el alojamiento en carpa? Vivir la experiencia de esta metido en el monte santiagueño y pernoctar a cien pasos del río mismo. Se disfruta así de los sonidos, olores y ruidos de la naturaleza, pero con la comodidad de una estructura testeada donde el principal elemento puesto en juego es la atención. Vaya un ejemplo de los muchos que podría contar: para almorzar me senté en un tronco al lado de la carpa para sacarme las botas y, enseguida, los muchachos se arrimaron a darme una mano sin que yo les pidiese absolutamente nada. Agradecí y mientras me aireaba, otro ya traía un vaso con gaseosa fría y un tentempié. Verdaderamente se preocupa para que uno la pase bien y pesque. Lo segundo no siempre se da; lo primero está garantizado. 

 

Agenda del pescador

Lo ideal es destinarle dos días a la pesca con tres noches de campamento. Consultas y reservas: www.enloretoconmosca.com.ar, 03854-15-414-344. Pese al nombre de la empresa familiar, no existe ningún problema en practicar el baitcast y el spinning. Recomiendo en estos casos cañas de hasta veinte libras con reeles cargados con cien metros de multifibra de veinte libras también y un pequeño cable de acero corto. Llevar, especialmente, señuelos protegidos como spinner baits y cucharas ondulantes.

 

 

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